lunes, 29 de julio de 2013

NO DESCONECTO YO O NO ME DEJAN DESCONECTAR ¿DE QUIÉN ES LA CULPA?


Puede que leas este post a tu vuelta de vacaciones o lo estés haciendo a pie de playa.

En base al momento en que lo hagas, tomarás conciencia del título de este artículo de diferente forma.

Si estás haciendo dibujos con el dedo gordo del pie en la arena, mientras, con el rabillo del ojo, vigilas como tus hijos hacen castillos en la orilla... y al mismo tiempo lees este post, realmente eres de l@s que te cuesta desconectar.

Ojalá lo hagas a tu vuelta de vacaciones... pero honestamente eres una minoría porque, en mi opinión, vivimos en una sociedad que crea "adictos al trabajo".

Sí, el adicto se crea... no nace solo.

Nadie en su sano juicio permanece enganchado de su Smartphone o Blackberry y enciende el portátil, a las primeras de cambio, para trabajar por pura iniciativa o por puro placer y menos estando de vacaciones.

Las vacaciones son vacaciones para todo el mundo...., hasta para el más "workaholic", y todo el mundo anhela olvidarse de todo y no pensar en nada más que en diversión y descanso. "Workaholic" es como se denomina en inglés a los "adictos al trabajo" y quizás aquí los anglosajones encontraron una mejor definición para este comportamiento. La traducción literal sería "alcohólico del trabajo", y es curioso que no usen el término "addict" (adicto). El alcoholismo como tal es considerado una enfermedad y una enfermedad aparece por un motivo: por una bacteria, por mal funcionamiento de un órgano, por un tumor maligno, etc.

Nadie está sano y enferma por generación espontanea. Habrá un virus o algún agente externo que provoque la pérdida de salud y la consiguiente enfermedad. Igualmente, una vez que se erradica el virus que lo produce o se elimina ese agente externo, se vuelve a estar sano de nuevo.

¿Dónde se crean esos bacilos y esos tumores que atacan a los "workaholics"?.

En las propias empresas.

Y ¿Quienes son?.

Uno de ellos eres tú. SÍ, TÚ, querid@ lector/a.

Otro yo y otro el que tienes en la tumbona de al lado que está mirando y leyendo e-mails en el móvil como tú y como yo.

Tú presionas a tu equipo para dar lo mejor de él, yo hago lo mismo y él/la de la tumbona de al lado, otro tanto.

A ti te presionan, yo presiono y el/ella presiona a su vez.

El que te presiona a ti, el que me presiona a mí y el/la que presiona a el/la de al lado, es presionado igualmente por otro que está en otra playa y así sucesivamente.

Es una auténtica cadena formada por miles de eslabones. De igual forma que una epidemia no es epidemia con tan solo uno o dos individuos enfermos. Se crea un auténtico "internet" de "workaholics" que se extiende por todo el mundo.

Bien es cierto, que los gurús del liderazgo hablan sobre la gestión del tiempo y vienen a decir que lo importante no son las horas que dediques a tu trabajo, sino la calidad de éstas. Si no eres capaz de sacar tu trabajo adelante en tu jornada laboral es que algo haces mal. Has de aprender a delegar.

En resumidas cuentas, que además de enfermo eres tonto e inútil.

Cabe hacerse una pregunta: ¿Estos gurús, que creen saberlo todo al más puro estilo "Master Chef", están seguros de lo que dicen?.

Porque todo esto me suena, más que a "Teoría de la Empresa & Liderazgo", a pura demagogia.

¿Acaso estos señores han estado en tu empresa y han hecho un recuento de personal con sus posterior análisis de las tareas de cada individuo?.

¿Se han preguntado acaso que es posible que haya más trabajo del que cada uno sea capaz de asumir?.

Donde antes había 10, ahora hay 6 ó 7. Con el mismo nivel de trabajo o quizás más. Porque crisis no significa menos trabajo, significa menos ingresos, menos ventas, menos facturación pero no menos facturas. Muchas transacciones pueden volverse menos importantes en su valor (monetario) pero pueden crecer en cantidad y en complejidad (número de transacciones).

Y todo esto es un buen hábitat para que se generen los virus y los tumores.

¿Qué hace que una persona no disfrute de sus vacaciones como debiera (aún a sabiendas de que un buen descanso le reportaría un mayor y mejorado rendimiento a su vuelta de vacaciones)?.

Respuesta: La presión que ejercen sobre él para que todo funcione a pesar de su ausencia.

Y no, señores gurús, NO. El problema no es mala gestión del tiempo. El problema es que la persona, en cuestión, ya va bastante sobrecargada el resto del año. La persona y el equipo al que pertenece porque todo esto es un problema colectivo.

Y puede que no mires el móvil ni el portátil pero si sigues pensando en lo que te puedes encontrar a la vuelta de vacaciones... no lo dudes, estás contagiado igualmente.

Al final, todo el mundo tiene miedo. Miedo a que algo falle y se le culpe. Miedo a quedar en evidencia por desconectar frente a otros que sí estarán enchufados y, sobre todo, miedo a perder su puesto de trabajo y a posteriori su status.

Me pregunto si a estos señores gurús se les han ocurrido sus teorías, sentados delante de una mesa de despacho o mientras estaban en la playa dándole vueltas al libro que estaban escribiendo sobre coaching.

En el s. XVIII el filósofo Thomas Hobbes popularizó una frase que había sido escrita por Plauto, comediógrafo latino, 20 siglos antes:

"El hombre es un lobo para el hombre".

Corren malos tiempos para las adicciones porque esta frase no puede estar más de moda en la actualidad. 22 siglos después el hombre sigue siendo un lobo para el hombre.

¡Mi más sincera felicitación si eres de los que ha leído estas lineas tras su vuelta de vacaciones!.

Un abrazo.



martes, 16 de julio de 2013

LOS BUSINESS Y EL AMOR EN TUS PRIMERAS CITAS

Alguien conoce a alguien, bien directamente o bien a través de otra persona, que actúa como "celestina", y se entabla una conversación llena de poses estudiadas, gestos sensuales, acercamientos y alejamientos, para volver a más acercamientos y sobre todo, sobre todo, una comunicación verbal llena de PALABRAS prometedoras.

Palabras de amor, llenas de futuro, de planes para "toda una vida" y de ilusión por realizar proyectos el uno al lado del otro. Pero sobre todo, un interés mutuo por salvar cualquier escollo que se presente por muy grande y escarpado que éste sea.

Ésas son las bases sobre las que debe asentarse una pareja: Estoy por ti incondicionalmente y tú lo estás por mí. "All for one, one for all".

¿Pero, hasta llegar a ese clima, alguien se atreve a hablar de boda en la primera cita?. ¿Alguien aborda la cuestión de a cuánto ascenderá la dote, cómo será el ajuar y otras preguntas de temática similar?.

¡Por supuesto que no!!!.

En esa fase, ante todo, la relación ha de ser romántica en su esencia. Cierto es que el amor es ciego y no lo ve todo pero, si alguien nos hace levitar por encima del suelo y estar como flotando sobre las nubes, estaremos en plena disposición de dar todo de nuestra parte por estar a su lado sin condiciones.

¿Entonces por qué en una primera entrevista de trabajo en la que todo se desarrolla de forma maravillosa, donde "me gustas y yo te gusto", donde lo que importa es reconocernos como compatibles y notar los primeros cosquilleos, las primeras mariposas en el estómago, los primeros signos de "buen feeling" comprobando si hay química entre nosotros (ver Lecciones de Física y Química en Capital Humano); a alguna de las partes, normalmente la más fuerte o dominante, se le ocurre salir con la típica pregunta: ¿En qué banda salarial te mueves?.

Pero... ¿No hemos quedado que si estás por mí y yo estoy por ti, nada nos separará y no se interpondrá nada entre nosotros?. ¿Te gusto yo o el dinero de mi "popá"?.

Si nos queremos de verdad, seguro de que habrá acuerdo. Porque lo importante no es la boda en sí, sino la relación que se establezca antes y la que seguirá después del enlace.

¿De qué sirve una buena boda si no superamos nuestra luna de miel o, lo que es lo mismo, nuestro periodo de prueba?. ¿No es mejor asegurarse que nos hacemos realmente "tilin" antes de pasar a palabras mayores?.

¿Cómo puede demostrar un candidato compromiso "estoy por ti, pase lo que pase", si a las primeras de cambio, pregunta por el horario, las vacaciones, el salario, etc.?.

¿Cómo puede demostrar un reclutador qué realmente está ante "el candidato" "eres lo que busco, lo que necesito y te devolveré con creces todo lo que estás dispuesto a hacer por mí", si se le pregunta, también a las primeras de cambio, por su banda salarial?.

Y en esta cuestión suele haber mucha insistencia. Aún respondiendo de forma totalmente romántica que se está seguro de que si la cosa sigue así, si nos estamos gustando como lo estamos haciendo, no habrá ningún problema y nos pondremos de acuerdo sí o sí; la otra parte casi siempre insiste e insiste.

"Que ya hablaremos de eso, no te preocupes, pichón". Pero finalmente, suele ponerse muy pero que muy pesada o pesado llegando hasta el punto de preguntarte como lo haces o como lo hacías con tu anterior pareja. "Es solo para hacerme una idea, cari".

¿Pero no estoy diciendo que pase lo que pase, creo que estoy loco por ti, y, que en base a eso, me llevarás al "huerto" con toda seguridad?.

Pues no, insiste e insiste y cuando al final se da una respuesta, aproximada, abierta, sin ningún tipo de límite, a título orientativo y, desde luego, nada vinculante... adornada en su final con algo así como "ten por seguro que nos pondremos de acuerdo, mi amor, si yo quiero lo mejor para los dos"; a ella o a él le cambia la cara y resulta que se para la música de esa orquesta que ambos oíamos, se apagan las velas que creaban esa luz tenue, romántica y llena de penumbra; y se levanta de la mesa súbitamente, de golpe como un rayo, en dirección al baño o mejor dicho al "toilet", que es más fino.

¡Pero que manera de cargarse el amor!!!.

¿Pero, cielo, no has oído nunca eso de "te quiero más que ayer pero menos que mañana" o dicho en otras palabras "win-win": ganas tú, gano yo, ganamos los dos?.

Anda, siéntate y vuelve a mirarme a los ojos.

Escuchemos juntos este bolero... que se lo he pedido a la orquesta exclusivamente para ti y dime otra vez eso que me estabas susurrando al oído.



lunes, 8 de julio de 2013

LECCIONES DE FÍSICA Y QUÍMICA PARA CAPITAL HUMANO (LA ENERGÍA).

Comenzaré con una frase: "Todo es energía y esa energía influye en los individuos y en los equipos de igual manera". 

A partir de este momento, os descubriré algo de lo que nunca se ha hablado hasta ahora, pero que lleva influyendo en los seres humanos desde nuestro nacimiento como especie.

No es un secreto que las grandes corporaciones, no solo las orientales, invierten hasta un 30% de sus ingresos en crear espacios, donde la energía del entorno sea un aliado más a la hora de hacer crecer sus ventas y por ende sus beneficios. Lo que para algunos es simplemente imagen corporativa, estilo de marca, etc. para otros es algo tan sutil como la aplicación del "Feng Shui" en el mundo de los negocios. Este término chino puede sonar un tanto escandaloso para todos aquellos escépticos que recelen de todo lo que no sea tangible. Les parecerá mucho más acertado responder que todo obedece a una imagen de marca, diseñada por los departamentos de Marketing. Pero para ellos, tan solo decir que, en unos grandes almacenes no compramos ni elegimos los productos
libremente, sino que estamos "guiados", por la cadena de turno, para que lleguemos realmente a donde ella nos quiere llevar. Por medio de pasillos, más o menos atrayentes, mejor o peor iluminados, de colores más o menos vivos, e incluso, por medio de olores más o menos agradables; acabaremos en el lugar donde están los productos que el establecimiento prefiere que adquiramos. 

Pero esto no es algo que solo se circunscriba a los entornos o a los espacios, el "Feng Shui" está totalmente integrado en el ADN de una empresa. El área de marketing es el más influido. A la hora de, por ejemplo, diseñar el logotipo de una compañía, el equilibrio y armonía de las letras y de los números si los hubiera, de los colores, del diseño, etc.; pueden dar a la imagen de marca un giro de 180 grados y cambiar la percepción total que el consumidor tenga acerca de sus productos. No en vano, muchas grandes compañías han dado un gran salto cualitativo y cuantitativo, justo en el momento en que realizaron un cambio en la imagen de su "logo".


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Todos hemos escuchado hasta la saciedad la famosa frase: "La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma"Nadie a estas alturas se atreve a contradecir esta máxima, que es la base donde se apoya la Física Moderna.

Por ello, todo lo que nos rodea se rige por esta ley indiscutible. Y nada queda excluido, ni tan siquiera algo que nos parece tan intocable como el mundo de los negocios.


En la Física la energía se define como "capacidad para realizar un trabajo". En Tecnología y Economía, el término se refiere a un "recurso natural".

No en vano, el Capital tampoco se crea ni se destruye, sino que tan solo cambia de dueño. Los recursos naturales pueden convertir a un país pobre en uno rico. La energía y el Capital están interrelacionados y se mueven en un mismo círculo.

Por ello, quien tenga la facultad de dominar esa energía, que es la llave que mueve el mundo, tendrá una ventaja competitiva frente al resto.

De esto, ya se han dado cuenta muchas grandes corporaciones y, es por ello, que ponen a trabajar todas las herramientas que tienen en su conocimiento para poder dominar el mundo.

Y el Feng Shui trata justamente de conseguir el equilibrio de la energía, en generar armonía en el entorno por medio del equilibrio del Qi (término chino para denominar a la energía).

Como lo que más interesa a las empresas es hacer crecer sus beneficios, se ha utilizado el "Feng Shui" exclusivamente en las áreas generadoras de negocio y que tienen un impacto económico directo en las cuentas de la compañía (aquellas en las que se puede obtener un rendimiento tangible). El área de Marketing y Ventas ha sido el primero, como ya se ha expuesto anteriormente. Muchos publicistas siguen ciertas tendencias o ponen en práctica ciertas prácticas, en muchos casos, sin saber siquiera que están haciendo "Feng Shui".

Con todo esto, no me estoy refiriendo, al hablar de "Feng Shui", a esa moda que hubo hace unos años, en la arquitectura y la decoración, que hablaba acerca de como decorar tu casa o negocio para tener una vida mejor.

Aquello era tan solo la pequeñísima punta de un gran iceberg. Lo que trataré de explicar tiene una magnitud mucho más amplia e importante.

Se puede decir que, la aplicación de esta filosofía y de su técnica, se encuentra actualmente tan solo en su primera fase o quizás, ni tan siquiera eso, y se encuentre aún en su fase piloto. No en vano, se ha aplicado al desarrollo del beneficio, que es lo que a los CEOs de las grandes corporaciones les ha interesado. Algunos, por desconocimiento y otros por puro egoísmo, no han pasado a otro estadio. Pero, como poco, existe una fase superior que es mucho más interesante y, a mi juicio, muchísimo más poderosa.

Y no es otra cosa que la aplicación de la técnica del "Feng Shui" a las personas, al Capital Humano. No a los mal llamados Recursos Humanos, porque un recurso acaba agotándose y el Capital, como ya hemos dicho, es inagotable.

Siempre hemos oído hablar que cuando una unión se rompe (una pareja, un equipo de trabajo, un grupo musical, deportivo, etc.) fue por culpa de la falta de química entre sus integrantes.

Con lo que lo más lógico sería que cuando se seleccionan personas, para integrar un proyecto o formar equipos, se tuvieran en cuenta los parámetros que influyen en esa química.

Pues bien, en los procesos de selección de personal, se consideran aspectos tan variados como: edad, estado civil, lugar de residencia, formación académica, experiencia laboral, etc. Se ha llegado en los últimos tiempos, a implantar el reclutamiento 2.0, es decir, que se toman en cuenta conceptos tales como huella y marca personal, todo aquel rastro que el candidato va dejando en internet. Se va más allá del simple "curriculum vitae". Pero hasta el momento, personalmente, no tengo conocimiento de ningún caso en el que se tengan en cuenta parámetros que aseguren que el candidato "examinado" tendrá buena química con los integrantes del equipo  de trabajo del que formará parte. Es más, nadie se plantea si la energía del nuevo candidato está en armonía con su nueva compañía. ¿Por qué un profesional es brillante en una compañía y se diluye completamente en otra y viceversa?.

Se seleccionan y reclutan los profesionales más brillantes del mercado, pero con eso no se asegura que el equipo sea una máquina perfecta y que esté listo para caminar inexorablemente hacia el éxito.

¿Por qué?.

Sencillo, porque si no hay equilibrio entre el profesional y la empresa y entre los integrantes de los equipos, todo fallará estrepitosamente.

El equilibrio emocional individuo-empresa y individuo-equipo está en juego y nadie, hasta el momento, se ha preocupado lo más mínimo de tenerlo en cuenta en los procesos de selección.

El Feng Shui, que como antes he dicho no es algo que sirva solo para decorar, se puede aplicar para crear el retrato robot de cada persona a nivel energético.


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Hace años asistí a un seminario de Feng Shui avanzado, impartido por Hailiang Saebe, (Profesor de la Escuela Superior de Medicina Tradicional China en España y Maestro de Artes Orientales), donde nada más comenzar el seminario, todos lo asistentes pudimos comprobar mediante un sencillo, pero efectivo experimento, hasta que punto nuestras energías deciden por nosotros mismos.

Aunque el horario del seminario era el mismo para todos, cuando yo llegué ya había algunas personas en la sala y algunas otras llegaron después. Existían más butacas que participantes y cada cual se fue sentando donde mejor le pareció. Ya empezados los primeros instantes del seminario, terminaron de llegar los últimos participantes rezagados.

El maestro Hailiang nos dejó a todos atónitos cuando nos demostró con pruebas fehacientes que la disposición, aparentemente arbitraría, de cada uno de nosotros en la sala obedecía al resultado de la interacción de nuestras energías, quedando situados más cercanos, entre nosotros, los más afines y más separados los menos compatibles entre sí.

Posteriormente, nos dio las directrices y las formulas para poder calcular las personas más compatibles y menos compatibles de cada individuo.


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Así pues, todo individuo tiene personas que le son totalmente compatibles y otras, por el contrario, totalmente incompatibles. Por el simple hecho que nuestras energías se repelen o se atraen.

¿No es hora de que en el momento de realizar un proceso de selección se tengan en cuenta estos parámetros?.

¿No saldría ganando el Capital Humano pero, al mismo tiempo, también el Capital Patrimonial, con equipos mucho más cohesionados, superiores rendimientos, mejores ambientes laborales y con una química de grupo perfecta, en suma?.

Reclutador: Si estás listo para dar un paso de calidad en los procesos de selección y quieres diferenciar tu servicio de la competencia...

Candidato: Si te interesa saber, antes de decir sí a un proyecto profesional, si te es propicia la energía de esa empresa y encontrarás una buena química de grupo... 

...Te invito a seguir leyendo los próximos post que publicaré próximamente (Reglas para asegurar una buena química), dando algunas de las claves más importantes sobre la física y la química aplicada al Capital Humano. Igualmente, puedes contactar conmigo para ampliar cualquier información al respecto.

Un saludo.

Sigue leyendo la continuación de este post en Reglas para asegurar una buena química.

miércoles, 3 de julio de 2013

TE VAS TÚ O TE DESPIDO YO... ¿DE QUIÉN ES LA CULPA?.

Esta tarde, mientras estaba yo realizando una tarea en casa, me vinieron a la memoria un par de frases que alguien, a quien aprecio profundamente, me dijo una vez: "Cuando una persona se marcha voluntariamente de una empresa es culpa exclusivamente de su jefe" - entonces ¿cuándo es despedido influyen otros factores? - pregunté yo - "No, cuando es despedido también".

En el segundo caso, la explicación es muy sencilla. Alguien que ha permanecido en un puesto por un tiempo superior a un año de antigüedad y es despedido, lo es, casi con total seguridad, a causa de que su jefe no supo mantener su motivación, inspirar su espíritu y/o no supo marcarle correctamente los objetivos necesarios para su desarrollo profesional.

En un año hay tiempo más que suficiente para darse cuenta si un empleado es apto o no para el puesto seleccionado y, salvo despidos disciplinarios, un cambio de "actitud" de un empleado, pasado ese año, será atribuible a un error de apreciación o una mala gestión de su desempeño por parte de su superior en el "periodo de prueba" (y no me refiero al que aparece en contrato, sino al que la empresa precisa para que el empleado genere valor añadido, una vez se ha asentado y/o formado).

Y en el caso primero, pues con un poco de sentido común se puede llegar a la misma conclusión.


Si alguien se marcha es porque no ha encontrado el espacio suficiente para desarrollarse, para sentirse comprometido/a con el proyecto, porque no encuentra las posibilidades de hacer carrera dentro de la organización, etc.

Y da igual que se marche para mejorar económicamente o para optar a una posición mejor. Que un profesional talentoso abandone una empresa, es un fracaso para ésta a nivel de gestión de Capital Humano. Cuando alguien está contento y satisfecho en su trabajo, no escucha ofertas. Los "Head Hunters" no tienen nada que hacer, por mucho que ellos presuman de persuadir a los candidatos y de convencer, a quién sea, a toda costa. Alguien que se deja persuadir, por muy feliz y contento que parezca estar en su puesto, lo hace porque su satisfacción no estará colmada y habrá una pequeña fisura en su ego profesional, por muy pequeña que ésta sea, que le hará cuestionarse si no estará mejor en otro lugar. En esa pequeña hendidura es donde el buen profesional del reclutamiento araña y ahonda para hacer su trabajo y terminar reclutando al candidato para la empresa de su cliente.

¿Por qué pensaba y venía a mi mente todo esto justamente mientras realizaba una tarea casera?.

Pues porque cuanto más ingrata es una ocupación, más influye en ella el liderazgo y la motivación.

Resultó que en medio de una tarea poco considerada socialmente (a pesar de no estar exenta de dificultad y habilidad), descubrí que se confiaba en mi aportación y se consideraba su valor añadido, con la consiguiente dosis de satisfacción personal.

No sentirte un experto de una disciplina y que confíen en ti es algo que te llena de orgullo. Porque significa que no lo debes de estar haciendo tan mal como creías. Si además esa disciplina (que reconoces conlleva su dificultad) no es de las que más te agrada realizar, pues que motiven y halaguen tu resultado es importantísimo para que no caigas en la más absoluta desidia.

Eso es lo que marca la diferencia para que, a pesar que no te guste algo, lo realices con "agrado" y te "apetezca" repetir, sintiéndote involucrado y comprometido con dicha tarea.

Si eres un profesional en tu puesto de trabajo, es normal que el simple hecho de desarrollarlo ya te haga sentir bien, pero el liderazgo y la motivación que ejerzan sobre ti, establecerá la frontera entre tú y los potenciales "Head Hunters".

Hará que en momentos de zozobra económica y empresarial, cuando la compañía a la que representas tenga que tomar algunas medidas no "populares" y tengamos que realizar esas tareas poco agradables que muchas veces nos gustan menos, que en momentos en los que los incentivos económicos se ven recortados y cuando tu empresa tenga que demostrar que gestiona talento y no tan solo recursos humanos, que está dispuesta a salir del "cortoplacismo" y a apostar por el largo plazo, no solo en incrementar su Capital Patrimonial, sino también en incrementar la calidad y el valor de su Capital Humano; hará que decidas seguir respondiendo con un "no me interesa" a esos "Head Hunters".

A estas alturas, no sé que tarea casera, te habrás imaginando estaba desempeñando, querido lector, pero te aclaro que yo hablaba de una tarea del hogar, en concreto la del...

"Noble arte del planchado".

Lo que para algunos, es "esa tontería que es cosa de mujeres" (cada vez menos piensan así, afortunadamente) y lo que para otros muchos, es una tarea más del hogar, que en tiempos de crisis vuelve a ser asumida, en muchos hogares, por el departamento logístico familiar, cuando en mejores tiempos estaba siendo un servicio externalizado.


Así pues, planchaba yo, esta tarde, cuando me encontré una camiseta infantil con un nombre desconocido. Pensé: ¿Se nos ha colado una prenda de otro niño en la lavadora sin darnos cuenta?. Mi mujer y yo solemos revisar a diario las mochilas de los niños para evitar errores y si alguna vez ha llegado algo equivocado, solemos contactar con los padres del interesado y lo devolvemos "ipso facto". Tras comunicárselo a mi mujer, me dijo que sí, que no había problema que estaba todo controlado. Era de un amiguito que se lo había prestado a nuestro "peque" porque no tenía ropa de cambio en un cumple.

Entonces pregunté: "¿Sabes que estaba en mi montón de plancha?". Ella asintió sin ninguna duda.


En ese preciso instante, tome conciencia de que había sido señalado como el representante familiar para demostrar el estilo de marcado y planchado de mi familia. Mi mujer, que como la gran mayoría, en estos casos hubiese realizado ella la tarea, para evitar "defectos de forma" en el producto final, puso en esta ocasión toda su confianza en mí.

He de decir que me sentí como un Michael Jordan, cuando su equipo le buscaba para lanzar un tiro decisivo o como cuando su entrenador, en un tiempo muerto, preparaba una jugada exclusiva para que él anotara la canasta decisiva que diera la victoria a su equipo justo en el pitido final del partido.

Pero sobre todo constaté que se aprende a liderar y a ser liderado en las cosas cotidianas y más habituales de la vida diaria.

Que nadie se equivoque, porque ahí es dónde está la auténtica universidad del liderazgo y la motivación. Por mucha teoría y mucho máster que exista. La habilidad y el carácter se tienen o no se tienen.

Mi mujer me ha dado una lección de motivación, sin quizás ella misma pretenderlo (o quizás sí y me lo he tragado ;-), alimentando mi ego masculino y haciéndome sentir competitivo y protagonista. No hay mejor forma de que alguien se comprometa con algo que dándole el rol más importante y demostrarle que alabamos y confiamos en su técnica.

Siiiiiiiiiiiiiiiií, lectoras del sexo femenino, estamos hablando de planchar una simple camiseta de algodón y no de pilotar una nave espacial con los ojos cerrados o salir de una caja fuerte esposado y con una camisa de fuerza al estilo Houdini... pero los hombres somos así de básicos y primitivos.


Pero dejémoslo estar aquí, de momento, que entramos en la discusión de las habilidades de liderazgo entre sexos... y eso es algo de lo que intentaré hablar en otra entrada.

Gracias y saludos.