Todo lo que uno estudia durante un lustro en la facultad de Económicas y Empresariales y hasta en el más prestigioso de los Masters de postgrado, se puede resumir en dos sencillas palabras:
PSICOLOGÍA EMOCIONAL.
Por mucha teoría macroeconómica o microeconómica que queramos aplicar al comportamiento de los mercados internacionales, a las fluctuaciones bursátiles o cualquier aspecto financiero que se nos ocurra; llegaremos a la conclusión que todo tiene un origen y responde a unos factores psicológicos inherentes al comportamiento humano.
Posiblemente sea más idóneo consultar a una persona con conocimientos en alguna rama de la sociología o la psicología, a la hora de invertir en bolsa, antes que a cualquier "broker" de Wall Street o gurú de las finanzas, por muy prestigiosos que estos sean.
"Ése tiene un pico que cada vez que habla sube el "pescao". Esta frase solía oírla mucho de niño y cuando logré "entenderla" pensé que se trataba de un símil exagerado.
Pero no, para nada. El impacto es aún mucho mayor.
Alguien dice "Ay" y bajan de plano las bolsas mundiales.
El de al lado dice "Oh" y sube de golpe el precio del barril de Brent varios dólares.
El de enfrente dice "Shhhhhh" y suben los tipos de interés medio punto.
Y así, sucesivamente...
Todo el futuro de miles de millones de personas depende del estado de ánimo de unos pocos.
Los cimientos económicos son de papel de fumar, pues son terriblemente sensibles a cualquier estornudo, por pequeño que este sea.
Esos estornudos tienen un eco parecido a un huracán para prácticamente el 99,99% de la población mundial.
Cuando oíamos aquello de "España va bien" nos lo creíamos a pies juntillas y el consumo y el optimismo paseaban de la mano por la calle de la alegría.
Nos parecía creíble porque el orador enfatizaba su lema gesticulando con el dedo índice en alto y eso suele dar mucha seguridad. Y ver a alguien seguro transmite seguridad.
Mientras tanto, siempre que metíamos la mano dentro de los bolsillos teníamos dinero y si no, los bancos se encargaban de darnos un crédito o un préstamo, porque "España iba bien" y todo el mundo era bueno.
Una simple frase hacía que nuestro estado emocional estuviera en un nivel álgido y óptimo.
Alguien desde el otro lado del charco "estornudó" sin querer, diciendo que comenzaba una crisis y el señor, al que le tocaba decir que todo iba bien había cambiado. En su lugar estaba otro, ni mejor ni peor, pero que se empecinó en decir que NO pasaba nada, moviendo los hombros y las cejas.
El hecho de no formular su mensaje con una afirmación (factor positivo) y envolverlo en una negación (factor negativo)... tiene un precio muy alto en la psicología emocional. Y desde luego, el propio gesto lo tiene igualmente. Ni mucho menos es lo mismo mostrar un dedo en alto que hacer unos movimientos de hombros y de cejas.
En esas, que a la opinión pública le empezó a entrar la psicosis existencial y nos quedamos con las manos paralizadas dentro de los bolsillos. Nadie sacaba el dinero y los bancos mucho menos.
Y hasta que la Psicología Emocional de nuestra sociedad no cambie no saldremos definitivamente del agujero... en el que nos hemos metido todos por creer que todo iba tan bien primero y tan mal después. Por creer en afirmaciones y dudar de negaciones.
Ni tanto ni tan calvo y ni tan escépticos ni tan crédulos.
Los indicadores económicos son extremadamente susceptibles a cualquier vaivén por diminuto que éste sea.
Pero solo las personas somos las que retrocedemos, nos paralizamos o damos un paso al frente; con nuestro convencimiento y nuestra propia iniciativa o con nuestro descrédito.
La crisis es un concepto tan intangible y abstracto como el amor, la paz y la felicidad; y solo nuestra psicología emocional, será la que nos hará percibir, a través de nuestra voluntad y determinación, de nuestra confianza y madurez como raza humana y nuestro amor propio; si se trata de percepciones reales o simples ilusiones o espejismos.
La Grecia Clásica ya dijo hace siglos:
Ánthrōpos métron estin.
El hombre el es término medio de todas la cosas.
Protagoras.
Dôs moi pâ stô, kaì tàn gân kīnā́sō.
Dame un punto de apoyo y moveré la tierra.
Arquímedes.
No existe, por tanto, la economía. Tan solo existe un cúmulo de sensaciones, de estímulos y de consecuencias que generan reacciones en cadena. Dependiendo en la forma en que la sociedad reacciona ante ellas, éstas serán positivas o negativas y generarán avances o retrocesos.
¡Comienza a utilizar tu psicología emocional ya!!!.