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lunes, 29 de julio de 2013

NO DESCONECTO YO O NO ME DEJAN DESCONECTAR ¿DE QUIÉN ES LA CULPA?


Puede que leas este post a tu vuelta de vacaciones o lo estés haciendo a pie de playa.

En base al momento en que lo hagas, tomarás conciencia del título de este artículo de diferente forma.

Si estás haciendo dibujos con el dedo gordo del pie en la arena, mientras, con el rabillo del ojo, vigilas como tus hijos hacen castillos en la orilla... y al mismo tiempo lees este post, realmente eres de l@s que te cuesta desconectar.

Ojalá lo hagas a tu vuelta de vacaciones... pero honestamente eres una minoría porque, en mi opinión, vivimos en una sociedad que crea "adictos al trabajo".

Sí, el adicto se crea... no nace solo.

Nadie en su sano juicio permanece enganchado de su Smartphone o Blackberry y enciende el portátil, a las primeras de cambio, para trabajar por pura iniciativa o por puro placer y menos estando de vacaciones.

Las vacaciones son vacaciones para todo el mundo...., hasta para el más "workaholic", y todo el mundo anhela olvidarse de todo y no pensar en nada más que en diversión y descanso. "Workaholic" es como se denomina en inglés a los "adictos al trabajo" y quizás aquí los anglosajones encontraron una mejor definición para este comportamiento. La traducción literal sería "alcohólico del trabajo", y es curioso que no usen el término "addict" (adicto). El alcoholismo como tal es considerado una enfermedad y una enfermedad aparece por un motivo: por una bacteria, por mal funcionamiento de un órgano, por un tumor maligno, etc.

Nadie está sano y enferma por generación espontanea. Habrá un virus o algún agente externo que provoque la pérdida de salud y la consiguiente enfermedad. Igualmente, una vez que se erradica el virus que lo produce o se elimina ese agente externo, se vuelve a estar sano de nuevo.

¿Dónde se crean esos bacilos y esos tumores que atacan a los "workaholics"?.

En las propias empresas.

Y ¿Quienes son?.

Uno de ellos eres tú. SÍ, TÚ, querid@ lector/a.

Otro yo y otro el que tienes en la tumbona de al lado que está mirando y leyendo e-mails en el móvil como tú y como yo.

Tú presionas a tu equipo para dar lo mejor de él, yo hago lo mismo y él/la de la tumbona de al lado, otro tanto.

A ti te presionan, yo presiono y el/ella presiona a su vez.

El que te presiona a ti, el que me presiona a mí y el/la que presiona a el/la de al lado, es presionado igualmente por otro que está en otra playa y así sucesivamente.

Es una auténtica cadena formada por miles de eslabones. De igual forma que una epidemia no es epidemia con tan solo uno o dos individuos enfermos. Se crea un auténtico "internet" de "workaholics" que se extiende por todo el mundo.

Bien es cierto, que los gurús del liderazgo hablan sobre la gestión del tiempo y vienen a decir que lo importante no son las horas que dediques a tu trabajo, sino la calidad de éstas. Si no eres capaz de sacar tu trabajo adelante en tu jornada laboral es que algo haces mal. Has de aprender a delegar.

En resumidas cuentas, que además de enfermo eres tonto e inútil.

Cabe hacerse una pregunta: ¿Estos gurús, que creen saberlo todo al más puro estilo "Master Chef", están seguros de lo que dicen?.

Porque todo esto me suena, más que a "Teoría de la Empresa & Liderazgo", a pura demagogia.

¿Acaso estos señores han estado en tu empresa y han hecho un recuento de personal con sus posterior análisis de las tareas de cada individuo?.

¿Se han preguntado acaso que es posible que haya más trabajo del que cada uno sea capaz de asumir?.

Donde antes había 10, ahora hay 6 ó 7. Con el mismo nivel de trabajo o quizás más. Porque crisis no significa menos trabajo, significa menos ingresos, menos ventas, menos facturación pero no menos facturas. Muchas transacciones pueden volverse menos importantes en su valor (monetario) pero pueden crecer en cantidad y en complejidad (número de transacciones).

Y todo esto es un buen hábitat para que se generen los virus y los tumores.

¿Qué hace que una persona no disfrute de sus vacaciones como debiera (aún a sabiendas de que un buen descanso le reportaría un mayor y mejorado rendimiento a su vuelta de vacaciones)?.

Respuesta: La presión que ejercen sobre él para que todo funcione a pesar de su ausencia.

Y no, señores gurús, NO. El problema no es mala gestión del tiempo. El problema es que la persona, en cuestión, ya va bastante sobrecargada el resto del año. La persona y el equipo al que pertenece porque todo esto es un problema colectivo.

Y puede que no mires el móvil ni el portátil pero si sigues pensando en lo que te puedes encontrar a la vuelta de vacaciones... no lo dudes, estás contagiado igualmente.

Al final, todo el mundo tiene miedo. Miedo a que algo falle y se le culpe. Miedo a quedar en evidencia por desconectar frente a otros que sí estarán enchufados y, sobre todo, miedo a perder su puesto de trabajo y a posteriori su status.

Me pregunto si a estos señores gurús se les han ocurrido sus teorías, sentados delante de una mesa de despacho o mientras estaban en la playa dándole vueltas al libro que estaban escribiendo sobre coaching.

En el s. XVIII el filósofo Thomas Hobbes popularizó una frase que había sido escrita por Plauto, comediógrafo latino, 20 siglos antes:

"El hombre es un lobo para el hombre".

Corren malos tiempos para las adicciones porque esta frase no puede estar más de moda en la actualidad. 22 siglos después el hombre sigue siendo un lobo para el hombre.

¡Mi más sincera felicitación si eres de los que ha leído estas lineas tras su vuelta de vacaciones!.

Un abrazo.



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