En los últimos tiempos ha crecido enormemente el número de ofertas de trabajo que solicitan específicamente una persona con certificado de discapacidad.
Ante este cambio de tendencia, se presentan varios interrogantes:
¿Por qué ahora, justo en el momento en que el mercado laboral está en su versión de precariedad más acusada, aparecen estas ofertas?.
¿No sería más fácil pensar, ya que el mercado laboral se ha vuelto tan exigente, ahora que se desecha a los jóvenes por su inexperiencia, a los mayores de 40 por su exceso de experiencia, a las mujeres porque siempre se las ha desechado y ahora no va a ser menos, a los que antes tenían sitio porque ahora ya no lo hay para ellos; no sería, entonces, más coherente pensar qué para los mal llamados "discapacitados" tampoco hay sitio en el mercado laboral?. Puestos a encontrar peros... si antes se les ponía a ellos más que a nadie ¿por qué no seguir haciéndolo?.
Mirando cualquier portal de trabajo, se pueden encontrar ofertas del tipo:
"Se buscan jóvenes recién licenciados con discapacidad".
¡Magnífico, que cabecera de oferta laboral tan sugerente y humana!. Se dan oportunidades a tres colectivos diferentes que comparten precariedad, al mismo tiempo:
Jóvenes.
Recién licenciados.
Discapacitados.
¿Pero estos colectivos no eran, hasta hace muy poco, tabú para los empresarios españoles?.
¿No será que el rizo del "contrato basura" está llegando ya a su máximo exponente, en forma de tirabuzón, y se ofrecen ofertas para la mezcla de los tres colectivos, pagando salarios, no ya "mileuristas", sino "centimoeuristas"?.
¿O quizás el motivo esté en que, por contratar a personas con certificado de discapacidad, las cargas sociales para la empresa son prácticamente inexistentes y existen ciertas bonificaciones y deducciones fiscales, lo que supone un ahorro frente al trabajador "capacitado"?.
¿Saben las empresas qué, para contratar a una persona con un hándicap (que no discapacitado), deben de adaptar el puesto de trabajo y su entorno a las necesidades de esa persona?.
¿Saben las empresas que las ayudas, para la realización de obras de adaptación del entorno laboral, también están sufriendo recortes y que pudiera ser que el coste final de la adaptación corra a cargo exclusivamente de la empresa sin ningún tipo de ayuda estatal finalmente?.
Y ante todo la pregunta más importante que mucha gente se está haciendo:
¿Esto ocurre como oportunidad para las personas con hándicap, porque existe una conciencia acerca de la integridad y de la capacidad laboral de estas personas, o realmente es un oportunismo empresarial para aminorar costes y salir del paso, y en cuanto lleguen vientos favorables volver a las andadas (o mejor dicho, que los que no anden, no oigan, no vean y los que nos parezca, a simple vista, que no parecen tener capacidad para pensar bien; se vuelvan por donde han venido)?.
Espero profundamente, que esta crisis sirva para encontrar soluciones positivas (que si se buscan se encuentran) y que una de ellas sea que por fin haya cambiado la mentalidad de la sociedad hacia las personas más desfavorecidas laboralmente.
También espero, con la misma profundidad, estar equivocado pero me temo solemnemente que en gran parte de los casos hay gato encerrado.
¿Y tú que opinas?.
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